
Ningún gentil llega a Jesús sin ser aprobado por el Padre. Jesús dejó esto claro el Padre envía el alma a Él y Jesús la cuida la protege del maligno y aplica Su sangre sobre ella entregándola de vuelta al Padre nadie va al Padre si no por mí. Es el Padre quien decide quién será enviado al Hijo para la salvación. Si el Padre no se agrada de alguien la sangre de Cristo no podrá purificar sus pecados. ¿Y quién agrada al Padre? No el gentil que vive en abierta desobediencia a Sus leyes en el Antiguo Testamento sino aquellos que siguen las mismas leyes que Jesús y Sus apóstoles seguían. La salvación es individual. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. El fin ya ha llegado. Obedece mientras estés vivo. | El gentil que se una al Señor para servirlo siendo así su siervo y que se mantenga firme en mi pacto también lo llevaré a mi santo monte Isaías 56:6-7
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