La Ley de Dios: Resumen de la Serie

LA LEY DE DIOS: UN TESTAMENTO DE AMOR Y JUSTICIA

La Ley de Dios se erige como un testimonio de Su amor y justicia, mucho más que una simple colección de mandamientos divinos. Proporciona un camino para la restauración de la humanidad, guiando a quienes desean regresar al estado sin pecado que su Creador había destinado. Cada mandamiento es literal e inmutable, diseñado para reconciliar almas rebeldes y llevarlas a la armonía con la voluntad perfecta de Dios.

LA NECESIDAD DE LA OBEDIENCIA

La obediencia a la Ley no se impone a nadie, pero es un requisito absoluto para la salvación —nadie que desobedezca consciente y deliberadamente puede ser restaurado o reconciliado con el Creador—. El Padre no enviará a quien desobedece intencionalmente Su Ley para beneficiarse del sacrificio expiatorio del Hijo. Solo aquellos que buscan fielmente seguir Sus mandamientos serán unidos a Jesús para el perdón y la salvación.

LA RESPONSABILIDAD DE COMPARTIR LA VERDAD

Compartir las verdades de la Ley exige humildad y reverencia, pues capacita a quienes están dispuestos a alinear sus vidas con las directrices de Dios. Esta serie ofrece alivio tras siglos de enseñanzas erróneas y permite experimentar el gozo de los profundos beneficios espirituales, emocionales y físicos de vivir en armonía con el Creador.

EXAMINANDO EL CAMBIO EN LA COMPRENSIÓN

Los estudios explorarán la transición del judaísmo mesiánico de Jesús y Sus apóstoles —donde la Ley era central— al cristianismo moderno, donde la obediencia a menudo es malinterpretada como un rechazo de Cristo. Este cambio, que no tiene respaldo en el Antiguo Testamento ni en las palabras de Jesús, ha llevado al abandono generalizado de los mandamientos de Dios, incluyendo el sábado, la circuncisión, las leyes dietéticas y otros preceptos.

UN LLAMADO A REGRESAR A LA LEY PURA DE DIOS

Al abordar estos mandamientos a la luz de las Escrituras, sin la influencia de las tradiciones rabínicas ni del arraigado ciclo de conformidad teológica en los seminarios —donde los pastores heredan sin cuestionar interpretaciones preconcebidas para agradar a la multitud y asegurar su sustento—, esta serie hace un llamado a regresar a la Ley pura y eterna de Dios. La obediencia a la Ley del Creador nunca debe reducirse a una cuestión de conveniencia profesional o estabilidad laboral. Es una expresión esencial de la verdadera fe y devoción al Creador, que conduce a la vida eterna a través de Cristo, el Hijo de Dios.


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