Alrededor de dos mil años antes del nacimiento de Jesús, Dios eligió a Abrahán, a sus descendientes y a los gentiles que vivían con ellos, formando, a partir de este grupo, una nación para Sí, y los bendijo con el pacto perpetuo de la circuncisión, prometiendo nunca abandonarlos. Jesús y Sus apóstoles provenían de este linaje, y fue claro que el Padre Lo envió para este mismo grupo: los judíos y los gentiles que forman parte de Israel. Así como siempre ha sido, nosotros, los gentiles, alcanzamos la salvación al unirnos a este pueblo, obedeciendo las mismas leyes que Dios les dio. Haciendo esto, el Padre nos envía al Hijo para perdón y salvación. Este es el plan de salvación que tiene sentido, porque es el verdadero. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7).

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Parte del ataque de satanás a los gentiles es promover la idea de que el Dios del Antiguo Testamento era severo y vengativo, pero que, con la venida de Jesús, se volvió más comprensivo, aceptando lo que antes no toleraba. Esta visión no tiene base en los profetas ni en los Evangelios. La bondad y la misericordia de Dios nunca cambiaron. Él es bueno para los que Le obedecen, pero es un fuego consumidor para aquellos que conocen las leyes que nos dio en el Antiguo Testamento y las desobedecen descaradamente. Decir o cantar que “Dios es tan bueno” mientras se ignoran Sus mandamientos es una ofensa seria. Obedece y recibe Sus bendiciones. | “El Señor guía con amor infalible y constancia a todos los que guardan Su pacto y obedecen a Sus exigencias.” Salmo 25:10.

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Juan el Bautista fue el único mensajero de Dios profetizado en el Antiguo Testamento y confirmado por Jesús. Además de Juan, no hay profecías, ni de los profetas del Señor ni en las palabras de Jesús en los evangelios, sobre el envío de otro hombre, dentro o fuera de la Biblia, cuyos enseñanzas debiéramos seguir. El gentil que conscientemente ignora las leyes eternas de Dios basándose en lo que leyó o escuchó de algún hombre que surgió después de que Jesús regresara al Padre se está basando en enseñanzas humanas. Nuestra única garantía contra los engaños de la serpiente es seguir fielmente las leyes que Dios nos dio a través de los profetas y de Su Hijo amado. Cualquier otra fuente de doctrina está sujeta a la interferencia humana. | “No añadan ni quiten nada a los mandamientos que les doy. Simplemente obedezcan los mandamientos del Señor, su Dios.” Deut 4:2.

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Toda doctrina primaria — doctrinas que tienen que ver con la salvación de las almas — necesita ser filtrada por las palabras de Jesús para ser verdadera. Lo que están predicando a los gentiles sobre la salvación no se fundamenta en los Evangelios y, por eso, es falso. Jesús nunca enseñó que la Ley de Su Padre fue cancelada o alterada para facilitar la salvación de los gentiles. Durante siglos, nuestros hermanos judíos que vivieron hasta Jesús siguieron las leyes de Dios en el Antiguo Testamento, incluyendo al propio Jesús, Sus parientes, amigos, apóstoles y discípulos. No hay nada malo con nosotros; si ellos pueden, nosotros también podemos. Y no solo podemos, sino que debemos, si queremos que el Padre nos envíe al Hijo. | “He revelado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Eran tuyos, y tú los diste a mí; y ellos han obedecido tu palabra [el Antiguo Testamento].” Juan 17:6.

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Algunas personas no les gusta la palabra “religión” y afirman que Jesús no tenía una, pero esto es negar los hechos. Jesús nació, vivió y murió como judío, predicando la verdadera fe de Israel y revelando al Padre, el Dios de Israel. Lo que Él no hizo fue fundar una nueva religión para los gentiles, con doctrinas y tradiciones nuevas, ni enseñar una salvación sin la obediencia a las leyes de Su Padre. Él enseñó que es el Padre quien nos lleva al Hijo, pero el Padre no lleva a rebeldes al Hijo. Él conduce solo a los que siguen las leyes que entregó a la nación elegida en un pacto eterno. Dios no envía al Hijo a aquellos que conscientemente desobedecen Sus leyes. Este plan de salvación tiene sentido, porque es el verdadero. | “Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios [Antiguo Testamento] y la practican.” Lucas 8:21.

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El sacrificio del Cordero de Dios por los pecados y la obligación de los hijos de Dios de buscar obedecer fielmente a Su santa y eterna Ley nunca fue una cuestión de uno eliminar al otro. Mucho antes de la cruz, el Israel de Dios seguía Sus leyes y se beneficiaba del sistema sacrificial para el perdón de los pecados. Este proceso divino no cambió con la cruz. El Padre no envió a Su Hijo unigénito para salvar a rebeldes que conscientemente ignoran Su Ley, sino para salvar a los fieles que buscan de todo corazón obedecer a todos los mandamientos entregados a Israel, a la nación que Dios separó para Sí con el pacto eterno de la circuncisión. Este plan de salvación tiene sentido porque es el verdadero. | “Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios [Antiguo Testamento] y la practican.” Lucas 8:21.

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La salvación está en vivir exactamente como vivieron los apóstoles originales de Jesús. Jesús estuvo con ellos todo el tiempo, enseñándoles cómo vivir de manera que agradara al Padre y alcanzara la salvación. Ellos creían que Jesús era el Mesías enviado por el Padre y obedecían todas las leyes que Dios dio a Israel: guardaban el sábado, eran circuncidados, usaban el tzitzit, no consumían alimentos impuros y mantenían la barba. Si queremos vivir como los apóstoles y ser salvos como ellos, debemos seguir estos mismos mandamientos. En ningún momento de los Evangelios Jesús enseñó que los gentiles podrían vivir de forma diferente. Obedece mientras estás vivo. | “He revelado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Eran tuyos, y tú los diste a mí; y ellos han obedecido tu palabra [el Antiguo Testamento].” Juan 17:6.

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Comprender cómo se salvan los gentiles es de extrema importancia, ya que involucra el destino eterno de millones de almas. Lo que muchos no son enseñados es que la salvación de los gentiles no comenzó con la venida de Cristo. En los días de Abrahán y los demás patriarcas, dos mil años antes de la llegada del Mesías, ya había un plan de salvación para los gentiles, y si hubiera alguna alteración, Jesús nos lo habría informado. Sin embargo, Jesús nunca mencionó ningún cambio, porque no hubo. El gentil se salva al seguir las mismas leyes dadas a la nación que Dios separó para Sí con un pacto perpetuo. El Padre lo integra a Israel y lo envía al Hijo para la salvación. Este plan de salvación tiene sentido, porque es el verdadero. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7).

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Cuando el alma decide, con todas sus fuerzas, obedecer fielmente a las leyes de Dios, según fueron entregadas a los profetas en el Antiguo Testamento, aunque todo el mundo se oponga, entra en un ambiente sellado, reservado solo para ella y el Todopoderoso. En ese lugar íntimo, el Señor la instruirá, fortalecerá y la enviará al mundo con Sus bendiciones y protección continua. Dios se convierte en el verdadero Padre de aquellos que Le son fieles y los envía a Jesús para el perdón y la salvación. No te dejes engañar por las mentiras de la serpiente. No hay otro camino para acercarse al Padre y al Hijo que no sea por la obediencia a Su santa y eterna Ley. | “¡Ojalá ellos tuvieran siempre en el corazón esta disposición para temerme y para obedecer a todos mis mandamientos. Así todo iría bien con ellos y con sus descendientes para siempre!” Deuteronomio 5:29.

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Un detalle que muchos pasan por alto es la preocupación de Jesús por hablar solo lo que Su Padre Le ordenó. Algo que el Padre nunca ordenó a Jesús enseñar fue la doctrina del “favor inmerecido”. Entonces, ¿cómo pueden millones de gentiles justificar esta doctrina, si no tiene base en las palabras de Jesús? ¿No es claro que esta falsa doctrina fue creada por la serpiente, para alcanzar su objetivo de siempre: hacer que las almas desobedezcan la Ley de Dios? La salvación es individual. Ningún gentil subirá sin buscar seguir las mismas leyes entregadas a Israel, leyes que el propio Jesús y Sus apóstoles seguían. No sigas a la mayoría porque son muchos. Obedece mientras estás vivo. | “Tú ordenaste tus mandamientos, para que los cumplamos al pie de la letra.” Salmos 119:4.

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