Seguir fielmente las leyes que el Creador nos dio a través de Sus profetas en el Antiguo Testamento es el requisito básico para estar en armonía con Él y ser enviado al Cordero para perdón y salvación. No hay forma de esquivar esto. Cualquier argumento que afirme que el Padre enviará a alguien al Hijo, incluso viviendo en desobediencia a Sus leyes, es inválido, ya que contradice todo lo que Dios nos enseñó desde los patriarcas, profetas, reyes, hasta Jesús. Alegar que aprendió esto de seres humanos que aparecieron en escena después de la ascensión de Cristo también es inválido, porque no hay profecías sobre el envío de ningún hombre después de Cristo, esté dentro o fuera de la Biblia. No hay escapatoria: el Padre no enviará a los desobedientes declarados al Hijo. | “Tú ordenaste tus mandamientos, para que los cumplamos a la perfección.” Salmos 119:4

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