
Jesús, nuestro Salvador, era judío. Nunca hizo amistad con nadie fuera de la religión de sus padres y solo eligió judíos como apóstoles. Murió como judío y, al resucitar, hizo cuestión de reunirse con sus amigos, todos judíos. No te dejes engañar por lo que están enseñando a los gentiles. Solo a través de Israel, el pueblo de Jesús, recibimos liberación, perdón y salvación. El gentil que busca la salvación debe seguir las mismas leyes que el Señor entregó a la nación que Él separó para Sí con un pacto eterno. El Padre ve la fe y el coraje de ese gentil, a pesar de los desafíos. Él derrama su amor sobre él, lo une a Israel y lo conduce al Hijo para perdón y salvación. Ese es el plan de salvación que tiene sentido porque es verdadero. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7)
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