
Jesús es el Mesías prometido para el perdón de los pecados, pero exclusivamente para el Israel de Dios. El Israel de Dios está compuesto por judíos y gentiles que son fieles al pacto eterno de la circuncisión hecho con Abrahán y a las leyes dadas al pueblo escogido. La idea de que un gentil puede alcanzar a Jesús fuera de Israel es una invención humana, sin ninguna base en el Antiguo Testamento o en las palabras de Jesús. El gentil que desea ser salvo por Cristo debe seguir las mismas leyes que el Padre entregó a la nación escogida para Su honor y gloria. El Padre ve su fe y valentía, a pesar de las dificultades. Él derrama Su amor sobre él, lo une a Israel y lo conduce al Hijo para perdón y salvación. Ese es el plan de salvación que tiene sentido porque es verdadero. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7)
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