Cuando el rey Saúl despreciaba las leyes de Dios, todas las revelaciones cesaron. Desesperado, terminó buscando a una hechicera, una sierva de satanás, para obtener orientación. En la actualidad, sucede lo mismo. Aquel que desea revelaciones del Señor, pero ignora Sus santas y eternas leyes entregadas a los profetas del Antiguo Testamento, será engañado por el enemigo, al igual que Saúl. No sirve de nada esperar revelaciones de Dios mientras se vive en desobediencia. Sin embargo, al obedecer Sus leyes, el acceso al Trono se abrirá, y el Todopoderoso guiará a la persona y la enviará a Jesús para perdón y salvación. La salvación es individual. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. Obedece la Ley de Dios mientras estás vivo. | “Tú ordenaste tus mandamientos, para que los cumplamos al pie de la letra.” Salmos 119:4

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