Devocional Diario: "Clama a mí y yo te responderé, y te anunciaré cosas grandes y...

"Clama a mí y yo te responderé, y te anunciaré cosas grandes y ocultas que no conoces" (Jeremías 33:3).

La oración eficaz no es una repetición vacía ni un intento de convencer a Dios, sino una búsqueda sincera acompañada de verdadera fe. Cuando hay un asunto específico, ora hasta creer — hasta que el corazón se llene de la certeza de que el Señor ha escuchado. Entonces, agradece de antemano, aunque la respuesta aún no se haya manifestado. La oración hecha sin fe se debilita, pero la oración que nace de una confianza firme transforma el corazón.

Esa confianza firme nace de una vida alineada a los magníficos mandamientos del Altísimo. La fe no es pensamiento positivo, sino la certeza de que Dios recompensa al hijo obediente. Quien anda en la voluntad del Señor ora con seguridad, porque sabe que su vida está en el camino correcto y que las promesas de Él son para quienes le honran.

Así, cuando dobles tus rodillas, hazlo con obediencia en el corazón. La oración del obediente tiene poder, trae paz y abre puertas. El Padre escucha y responde en el momento adecuado, preparándote para recibir no solo la respuesta, sino también el crecimiento espiritual que proviene de la comunión con el Hijo. Adaptado de C. H. Pridgeon. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Padre amado, me presento delante de Ti con un corazón deseoso de orar con fe genuina. Enséñame a esperar y a agradecer incluso antes de ver la respuesta.

Señor, ayúdame a andar fielmente en Tus magníficos mandamientos para que mi oración sea fuerte y constante, y mi fe, firme e inquebrantable.

Oh, Dios querido, te agradezco porque recompensas al hijo obediente y escuchas la oración sincera. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el fundamento de mi confianza. Tus mandamientos son el camino seguro hacia el cual se dirigen mis oraciones. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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