Devocional Diario: Enséñame, Señor, tu camino, y andaré en tu...

“Enséñame, Señor, tu camino, y andaré en tu verdad; une mi corazón al temor de tu nombre” (Salmos 86:11).

La verdadera grandeza espiritual no se mide por la fama o el reconocimiento, sino por la belleza del alma moldeada por Dios. El carácter santificado, el corazón transformado y la vida que refleja al Creador son tesoros eternos. Muchos se desaniman al no ver un progreso rápido: los mismos temperamentos, las mismas debilidades y fallas persisten. Pero Cristo es un Maestro paciente: Él enseña una y otra vez, con ternura, hasta que aprendemos el camino de la victoria.

Es en ese proceso que aprendemos a obedecer la magnífica Ley de Dios, los mismos mandamientos que Jesús y Sus discípulos seguían con fidelidad. Él desea formar en nosotros un corazón que se regocije en hacer la voluntad del Padre y andar según Sus espléndidas instrucciones. Obedecer Su Ley es lo que nos libera de la vieja naturaleza y nos conduce a la verdadera transformación.

El Padre bendice y envía a los obedientes al Hijo para perdón y salvación. Persevera en seguir los grandiosos mandamientos del Señor, y verás Su mano moldear tu carácter en algo bello y eterno: un reflejo vivo del propio Dios. Adaptado de J. R. Miller. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Amado Señor, enséñame a ser constante en Tu presencia. Que no me desanime ante mis fallas, sino que confíe en Tu paciencia y en Tu poder transformador.

Hazme aprender cada lección que pones en mi camino. Dame humildad para ser moldeado por Ti, así como los discípulos fueron moldeados por Tu amado Hijo.

Oh, querido Padre, te agradezco por no desistir de mí. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es la escalera que eleva mi alma a Tu santidad. Tus mandamientos son luz y fuerza que me conducen a Tu perfección. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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