Devocional Diario: ¿Por qué me llamáis ‘Señor, Señor’, y no hacéis lo...

“¿Por qué me llamáis ‘Señor, Señor’, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46).

La pregunta más importante que alguien puede hacer es: “¿Qué debo hacer para ser salvo?”. Esa es la base de toda la vida espiritual. Muchos dicen creer en Jesús, reconocer que Él es el Hijo de Dios y que vino a salvar a los pecadores, pero eso, por sí solo, no es la verdadera fe. Hasta los demonios creen y tiemblan, pero siguen en rebeldía. Creer de verdad es seguir lo que Jesús enseñó, vivir lo que Él vivió y obedecer al Padre así como Él obedeció.

La salvación no es un sentimiento, sino un camino de obediencia a la magnífica Ley de Dios y a los espléndidos mandamientos del Padre, los mismos que Jesús y Sus apóstoles guardaron con fidelidad. Es por medio de esa obediencia que la fe se vuelve viva y el corazón es transformado. Dios revela Sus planes a los obedientes y conduce al Hijo a todos los que andan en Sus caminos justos.

El Padre bendice y envía a los obedientes al Hijo para perdón y salvación. Si deseas ser salvo, no solo digas que crees: vive como Jesús vivió, cumple lo que Él enseñó y sigue con alegría la voluntad del Padre. Adaptado de D. L. Moody. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Señor amado, ayúdame a comprender el verdadero significado de creer en Ti. Que mi fe no sea solo palabras, sino obediencia en cada paso que dé.

Dame fuerza para seguir Tus caminos y valor para practicar lo que Tu Hijo nos enseñó. Que nunca me acomode en una fe vacía, sino que viva en constante transformación delante de Tu presencia.

Oh, Padre querido, Te agradezco por mostrarme el camino de la salvación. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el camino seguro que conduce a la vida eterna. Tus mandamientos son luces brillantes que guían mi alma hasta Ti. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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