Devocional Diario: "Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en Ti...

"Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera" (Isaías 26:3).

Cuando un siervo de Dios atraviesa un período de sufrimiento y llega al otro lado, algo dentro de él debería brillar de manera diferente. El dolor purifica, profundiza y abre espacio para un nuevo brillo en los ojos, un toque más gentil, una voz más dulce y una esperanza renovada. No fuimos llamados a permanecer en las sombras de la aflicción, sino a salir de ellas fortalecidos, listos para cumplir el propósito que el Señor ha puesto delante de nosotros. El consuelo que Dios derrama sobre los obedientes siempre trae crecimiento, madurez y paz.

Y esa renovación ocurre de manera aún más profunda cuando elegimos seguir la grandiosa Ley de Dios y Sus maravillosos mandamientos. Es en el camino de la obediencia donde el Padre nos fortalece, nos sana y nos prepara para avanzar con firmeza. Los siervos fieles saben que Dios solo revela Sus planes a aquellos que honran Sus órdenes; así es como Él envía las almas al Hijo, concediendo perdón, dirección y victoria. La aflicción no destruye al obediente — lo refina.

Por eso, después de cada dolor superado, entrégate nuevamente al camino de la obediencia. Permite que el sufrimiento perfeccionado por la fidelidad produzca más luz, más amor y más fuerza en tu vida. El Padre honra a quienes persisten en seguir Sus mandamientos, y Él mismo los conduce al Hijo para que encuentren descanso y vida eterna. Adaptado de J.R. Miller. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Padre amado, gracias porque Tú transformas cada dolor en una oportunidad de crecimiento. Enséñame a salir de las sombras con un corazón renovado.

Dios mío, ayúdame a permitir que el sufrimiento profundice mi obediencia, mi amor y mi disposición a servirte. Que cada aflicción me acerque aún más a Tus caminos.

Oh, Señor amado, te agradezco porque Tu consuelo fortalece a los que te obedecen. Tu Hijo amado es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es la luz que me restaura tras cada lucha. Tus mandamientos son el camino seguro donde encuentro paz y dirección. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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