Devocional Diario: "Así será la palabra que salga de mi boca: no volverá a mí vacía,...

"Así será la palabra que salga de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que me place y prosperará en aquello para lo que la envié" (Isaías 55:11).

Las Escrituras comparan la Palabra de Dios con una semilla sembrada en buena tierra. Cuando el corazón es arado por el arrepentimiento y ablandado por la humildad, se convierte en un suelo fértil. La semilla del testimonio de Jesús penetra profundamente, echa raíces en la conciencia y comienza a crecer silenciosamente. Primero viene el brote, luego la espiga, hasta que la fe madura en comunión viva con el Creador. El proceso es lento, pero lleno de vida — es Dios haciendo germinar en nosotros Su propia presencia.

Esa transformación solo ocurre cuando elegimos vivir en armonía con los magníficos mandamientos del Altísimo. La obediencia prepara el suelo del alma, removiendo piedras de orgullo y espinas de distracción. Así, el testimonio divino encuentra espacio para arraigarse y dar fruto, generando amor, pureza y un deseo constante por el Dios vivo.

Por lo tanto, permite que la semilla de la Palabra se establezca en tu corazón. Deja que el Espíritu cultive en él raíces profundas y frutos eternos. El Padre honra a los que guardan Sus palabras y los conduce al Hijo, donde la fe florece y el corazón se convierte en un campo fértil para la vida eterna. Adaptado de J.C. Philpot. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Padre amado, te alabo porque Tu Palabra es una semilla viva que transforma el corazón dispuesto. Prepara en mí el suelo fértil para recibirla con fe y obediencia.

Señor, guíame para que viva según Tus magníficos mandamientos, removiendo de mí todo lo que impide el crecimiento de Tu verdad.

Oh, Dios querido, te agradezco porque haces germinar Tu vida en mí. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el suelo que sostiene mis raíces. Tus mandamientos son la lluvia que hace florecer mi fe. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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