Devocional Diario: Cuando pases por las aguas, estaré contigo; y, cuando...

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2).

La obra del Espíritu Santo es eterna e invencible, así como la de Cristo mismo. Lo que el Espíritu planta en el alma —amor, paciencia, humildad y sumisión— no puede ser destruido, ni siquiera por las llamas más intensas. Las pruebas solo eliminan las impurezas, haciendo que lo divino en nosotros sea aún más puro y brillante. Ningún fuego es capaz de consumir lo que Dios ha formado; solo revela la fuerza y la belleza de la fe verdadera.

Y esa fuerza se manifiesta plenamente en la vida de quienes obedecen la magnífica Ley de Dios, los mismos espléndidos mandamientos que Jesús y Sus discípulos guardaron con fidelidad. La obediencia preserva las virtudes que produce el Espíritu Santo, haciendo el corazón firme e incorruptible ante las tormentas. Dios revela Sus planes a los obedientes y los mantiene ilesos, incluso en medio del fuego más ardiente.

El Padre bendice y envía a los obedientes al Hijo para perdón y salvación. Permanece fiel y no temas las llamas: el Espíritu que habita en ti te hará inquebrantable y te hará brillar aún más ante el Señor. Adaptado de J.C. Philpot. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Amado Señor, sosténme con Tu Espíritu en las horas de prueba. Que las llamas de la aflicción solo purifiquen, y nunca destruyan, aquello que has plantado en mí.

Renueva en mí Tu fuerza y conserva en mi corazón el amor, la paciencia y la humildad que vienen de Ti. Que mi fe permanezca viva y firme hasta el final.

Oh, querido Padre, te agradezco por la obra indestructible de Tu Espíritu en mi vida. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el escudo que protege lo que es santo en mí. Tus mandamientos son llamas puras que me hacen resplandecer con Tu gloria. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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