Devocional Diario: El Señor es quien va delante de ti; él estará contigo...

“El Señor es quien va delante de ti; él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te atemorices” (Deuteronomio 31:8).

Cuando la vida parezca demasiado pesada, recuerda: no estás enfrentando nada solo. Dios nunca abandona a los Suyos. Incluso cuando no lo ves, Su mano sigue firme, guiándote a través de las dificultades. En vez de dejarte hundir por el dolor o el miedo, ancla tu alma en la confianza de que Él está en control. Lo que hoy parece insoportable será, en el momento adecuado, transformado por Él en algo bueno. Él trabaja entre bastidores con perfección, y tu fe es lo que te mantendrá firme, incluso cuando todo a tu alrededor parezca desmoronarse.

¿Pero alguna vez te has preguntado cuál es exactamente esa obra que Dios está realizando en tu vida? La respuesta es simple e inmutable: Dios te está conduciendo a obedecer Su poderosa Ley. Esa es la obra que Él realiza en todos los que lo aman de verdad. Él no obliga a nadie, sino que atrae con amor a aquellos que tienen el corazón dispuesto a escuchar. Y para estos, Él revela Su magnífica Ley — una Ley que transforma, que libera, que protege, que bendice y que conduce a la salvación. Es por medio de la obediencia que la criatura comienza a entender su propósito.

Y cuando esa decisión por la obediencia sucede, todo cambia. Dios envía esa alma fiel a Su Hijo, y finalmente la vida comienza a tener sentido. El vacío se va, llega la dirección, y el corazón empieza a caminar en paz. Por eso nada es más importante en esta vida que escuchar la voz de Dios y seguir cada mandamiento que Él reveló por medio de los profetas y de Jesús. Ese es el camino estrecho, pero seguro. Al final de él, está la vida eterna. -Adaptado de Isaac Penington. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Señor mi Dios, cuando la vida parezca pesada y mis pasos vacilen, ayúdame a recordar que Tú estás conmigo. Incluso cuando mis ojos no Te ven, quiero confiar en que Tu mano me está guiando con amor y fidelidad. No permitas que el dolor o el miedo me dominen. Fortalece mi fe, para que permanezca firme aun en medio de las tormentas. Sé que nada escapa a Tu control, y que estás usando cada dificultad para moldearme y conducirme a Tu voluntad.

Revelame, Padre, la obra que estás realizando en mi vida. Sé que comienza con la obediencia a Tu santa Ley — esa Ley poderosa que transforma, libera, protege y salva. Quiero tener un corazón dócil a Tu voz, listo para escuchar y dispuesto a obedecer. Aparta de mí todo orgullo, toda resistencia, y dame la alegría de vivir según Tus mandamientos. Sé que en ese camino encontraré paz, propósito y la verdadera dirección.

Condúceme, Señor, a Tu amado Hijo. Que mi fidelidad a Ti me lleve a conocer más profundamente al Salvador, aquel que da sentido a la vida y abre las puertas de la eternidad. Que nunca me desvíe de ese camino estrecho, sino que siga con perseverancia, con amor y con total entrega. En el nombre de Jesús, amén.



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