"El Señor proveerá; en el monte del Señor se proveerá" (Génesis 22:14).
Grabe en su corazón esta palabra de sublime confianza: JEHOVÁ-JIRÉ. Nos recuerda que el Señor siempre provee, que ninguna de Sus promesas falla y que Él transforma las pérdidas aparentes en bendiciones reales. Aunque no podamos prever el camino, Él ya está allí, preparando provisión para cada paso. Así como Abraham descubrió en el monte, el Señor proveerá en el momento exacto — ni antes, ni después.
Esta confianza florece cuando elegimos andar en fidelidad a los sublimes mandamientos del Altísimo. Es obedeciendo que aprendemos a depender, y dependiendo descubrimos que el Padre cuida de cada detalle. Incluso ante las incertidumbres del nuevo año, podemos avanzar seguros, convencidos de que Dios nos sostendrá en cada circunstancia, sea alegría o tristeza, éxito o dificultad.
Por eso, inicie cada día con calma y confianza. No cargue ansiedades ni previsiones sombrías. JEHOVÁ-JIRÉ es el Dios que provee; Él guía a los Suyos y derrama bendiciones sobre quienes se entregan a Su voluntad. Quien anda en esta fidelidad encuentra sustento, dirección y salvación en Jesús. Adaptado de J. R. Miller. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.
Ora conmigo: Padre amado, te alabo por ser JEHOVÁ-JIRÉ, el Dios que provee en todo tiempo. Pongo delante de Ti el año que tengo por delante, con sus incertidumbres y desafíos.
Señor, enséñame a vivir según Tus sublimes mandamientos, confiando en que Tú ya has preparado todo lo que necesito. Que aprenda a caminar paso a paso, sin ansiedad, creyendo que Tu provisión llegará.
Oh, Dios querido, te agradezco porque eres el Proveedor fiel. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es un tesoro inagotable para mi vida. Tus mandamientos son fuentes que nunca se secan, sosteniéndome en cada paso. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.
























