“Luego lo llevó fuera y le dijo: ‘Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes hacerlo’” (Génesis 15:5).
Como Abraham, muchas veces estamos encerrados en nuestras “tiendas”: nuestros límites mentales, nuestros miedos y ansiedades. Pero el Señor nos llama a salir, a levantar los ojos al cielo y ver más allá. Nos invita a cambiar los espacios estrechos por una visión amplia, a vivir con los pies firmes en Su voluntad y el corazón abierto a lo que Él ha planeado. Cuando miramos hacia arriba, nos damos cuenta de que los pensamientos de Dios son mucho más altos que los nuestros, y que Sus caminos siempre son mayores de lo que imaginamos.
Para experimentar esa vida más amplia, es necesario caminar según la majestuosa Ley del Altísimo. Ella nos libera de las prisiones internas, rompe los límites que nos hemos impuesto y nos enseña a confiar en la dirección del Padre. Cada paso de obediencia es una invitación a ver el mundo y la vida desde la perspectiva de Dios, cambiando la visión corta del hombre por la visión eterna del Creador.
Así que sal de la “tienda” de la limitación y entra en el “cielo” de las promesas de Dios. Él desea que vivas con horizontes abiertos, guiado por Sus grandiosos mandamientos, siendo preparado para heredar la vida eterna en Jesús. Adaptado de John Jowett. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.
Ora conmigo: Padre amado, me presento delante de Ti pidiendo que me saques de los espacios estrechos y me lleves a ver el cielo de Tus promesas. Abre mis ojos para ver Tus planes más grandes.
Señor, guíame para que camine en obediencia a Tu majestuosa Ley, cambiando pensamientos pequeños por una visión amplia de Tu propósito. Que viva cada día confiando en Tu cuidado.
Oh, Dios querido, Te agradezco porque me llamas a salir de mis limitaciones. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es un horizonte sin fin para mi alma. Tus mandamientos son estrellas que me guían en el camino. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.