Devocional Diario: "Mucha paz tienen los que aman tu ley; y nada los hará tropezar..."

"Mucha paz tienen los que aman tu ley; y nada los hará tropezar" (Salmos 119:165).

Hay momentos en los que, al abrir las Escrituras, sentimos que una suave paz desciende sobre el alma. Las promesas de Dios brillan como estrellas en el cielo nocturno, cada una trayendo luz y seguridad al corazón. Y, cuando nos acercamos en oración, el Señor derrama un consuelo profundo, como aceite sobre las olas agitadas, calmando incluso los levantamientos secretos de rebeldía dentro de nosotros.

Este dulce consuelo solo se vuelve duradero cuando elegimos andar en fidelidad a la espléndida Ley del Señor. Es ella la que preserva nuestra mente de la inconstancia y afirma nuestros pasos en medio de las luchas. La obediencia abre los oídos para escuchar las promesas y el corazón para experimentar la paz que viene del Altísimo, incluso en medio de las pruebas.

Así que haz de las palabras eternas del Señor tu refugio. Quien vive en obediencia descubre que cada promesa es viva y eficaz, y que el Padre conduce a Sus fieles al Hijo, donde hay perdón, esperanza y salvación. Adaptado de J.C. Philpot. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Padre querido, me acerco a Ti recordando cuántas veces Tu Palabra ha traído paz a mi alma. Gracias porque me muestras que no estoy solo.

Señor amado, enséñame a andar en Tu espléndida Ley, para que viva sensible a Tus promesas y en paz, incluso frente a las tormentas.

Oh, Dios amado, Te agradezco porque Tu Palabra es consuelo y fortaleza para mí. Tu Hijo amado es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es como estrellas que iluminan la noche. Tus mandamientos son bálsamo que calma las olas de la vida. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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