Devocional Diario: "Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus sendas" (Salmos 25:4).

"Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus sendas" (Salmos 25:4).

El Señor desea moldearnos para que estemos en plena conformidad con Su voluntad. Pero, para ello, necesitamos ser maleables, permitiendo que Él trabaje en cada detalle de nuestra vida. Muchas veces pensamos que la fidelidad está solo en las grandes decisiones, pero es en el “sí” diario a las pequeñas órdenes del Padre donde el corazón va siendo transformado. Cada paso de obediencia abre espacio para que Dios nos conduzca de forma segura y sabia.

Por eso necesitamos aprender a valorar los magníficos mandamientos del Señor. No importa si parecen pequeños o grandes a nuestros ojos — todos son preciosos. Cada acto de sumisión, cada renuncia hecha en fidelidad, es parte del camino que nos conduce a la verdadera bienaventuranza. Quien dice “sí” al Altísimo en las cosas simples pronto descubre que Él está moldeando su carácter para la eternidad.

Así que confía en los caminos del Señor y obedece de corazón. Quien aprende a seguir Sus órdenes con alegría es conducido a la plenitud de vida. El Padre prepara, fortalece y envía al Hijo a aquellos que se dejan moldear por Su santa voluntad. Adaptado de Hannah Whitall Smith. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Padre amado, me presento ante Ti con el corazón dispuesto a aprender. Quiero ser como barro maleable en Tus manos, para que me transformes según Tu voluntad.

Señor, enséñame a obedecer Tus magníficos mandamientos en cada detalle, sea en las cosas pequeñas o en las grandes. Que mi corazón aprenda a decir “sí” siempre que Tú hables.

Oh, Dios querido, Te agradezco porque me moldeas con amor y paciencia. Tu Hijo amado es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el camino perfecto que me guía. Tus mandamientos son dulces instrucciones que me llevan a la plenitud de la vida. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



Compartir