"Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo propósito es firme, porque en ti confía" (Isaías 26:3).
La vida es mucho más que simplemente existir o disfrutar de comodidad. El Señor nos llama a crecer, a ser moldeados en el carácter de Cristo, a hacernos fuertes en virtud, íntegros y disciplinados. Él desea formar en nosotros una paz que no se quiebra con las circunstancias, una confianza interior que transforma cada desafío en una victoria silenciosa. Esta es la verdadera vida: no solo sobrevivir, sino madurar espiritualmente.
Ese crecimiento ocurre cuando elegimos caminar según los sublimes mandamientos del Altísimo. Funcionan como una guía para llevarnos a la madurez, desarrollando paciencia, dominio propio, compasión y firmeza. Cada acto de obediencia es una construcción en el carácter eterno que el Señor desea formar en nosotros, preparándonos para enfrentar las pruebas con serenidad.
Así que mira la vida con nuevos ojos. No te conformes solo con lo necesario; busca lo que es eterno. El Padre moldea y guía a aquellos que se entregan a Su voluntad, transformando cada etapa en peldaños hacia la imagen de Su Hijo y conduciéndolos a la paz victoriosa que solo Jesús puede dar. Adaptado de J. R. Miller. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.
Ora conmigo: Padre amado, me pongo delante de Ti reconociendo que la vida es mucho más que comodidad. Quiero crecer en el carácter de Tu Hijo y ser moldeado a Tu voluntad.
Señor, guíame para que viva según Tus sublimes mandamientos, desarrollando virtudes, disciplina y madurez espiritual en cada momento de mi jornada.
Oh, Dios querido, te agradezco porque me llevas más allá de lo básico para transformarme a la imagen de Tu Hijo. Tu Hijo amado es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el camino de crecimiento para mi alma. Tus mandamientos son peldaños que me elevan a Tu paz. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.