
La idea de que los gentiles no tienen cómo contribuir a su propia salvación es el mayor éxito de la serpiente desde el día en que logró engañar a Adán y Eva, llevándolos a desobedecer a Dios con sus mentiras disfrazadas de verdades. Ni los profetas ni Jesús jamás enseñaron este absurdo. Si nadie pudiera hacer nada para agradar a Dios y ser enviado a Jesús, los mandamientos del Señor ni existirían. Una de las principales funciones de la Ley de Dios es separar a los fieles de los infieles. Es obedeciendo que mostramos a Dios cuánto deseamos estar con Él en el cielo, y es observando nuestra obediencia que el Padre nos envía al Hijo. La salvación es individual. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. Obedece mientras estás vivo. | “Nadie puede venir a mí si el Padre, que me envió, no lo trae; y yo lo resucitaré en el último día.” Juan 6:44
Haz tu parte en la obra de Dios. ¡Comparte este mensaje!