
¡Cuidado con la forma en que lees los Salmos! Dios no los inspiró para ser admirados como poesías, sino como instrucciones de vida para los verdaderos hijos que desean agradar al Señor y recibir de Él bendiciones, protección y salvación. Cuando alguien lee que el hombre feliz es aquel que se deleita en la ley del Señor y medita en ella día y noche, pero él mismo ignora las leyes que Dios entregó a los profetas y a Jesús, en realidad está atrayendo lo opuesto a lo que leyó. Y también está acumulando evidencias en su contra para el juicio final. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. Obedece mientras estás vivo. | “Tú ordenaste tus mandamientos, para que los cumplamos a la perfección.” Salmos 119:4
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