
Muchos en la iglesia piensan que la salvación de los gentiles comenzó solo después de que Cristo volviera al Padre, pero esto no es verdad. Dos mil años antes de que Jesús naciera, cuando Dios separó un pueblo para Sí y eligió a Abraán y sus descendientes, también incluyó a los gentiles que vivían con Abraán en el pacto eterno sellado con el signo de la circuncisión. Nada ha cambiado. Hoy, nosotros los gentiles somos salvados de la misma manera, al seguir las mismas leyes que el Padre entregó a la nación elegida. El Padre ve nuestra fe y coraje a pesar de los desafíos, nos une a Israel, nos bendice y nos envía a Jesús para perdón y salvación. Este plan de salvación tiene sentido porque es el verdadero. | “La asamblea deberá tener las mismas leyes, que valdrán tanto para ustedes como para el gentil que vive con ustedes; este es un decreto perpetuo.” (Números 15:15)
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