
Muchos en las iglesias no perciben que Jesús nunca creó una religión. Las profecías en varias pasajes indicaban que el Mesías vendría de la linaje de Set, Abraham, Jacob y David, y así Jesús nació, vivió y murió como judío, y sus seguidores eran todos judíos. La idea de fundar una nueva religión destinada a los gentiles no partió de Jesús, sino del enemigo, que concibió una fe separada del pueblo de Dios para desviar a los gentiles del verdadero plan de salvación. Lo que Jesús enseñó es que el Padre nos envía al Hijo, y el Padre solo envía a aquellos que siguen las leyes que Él entregó a su pueblo. Dios nos observa y, al ver nuestra obediencia, incluso ante la oposición, Él nos une a Israel y nos entrega a Jesús para perdón y salvación. Este plan de salvación tiene sentido, porque es el verdadero. | “He revelado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Eran tuyos, y tú los diste a mí; y ellos han obedecido tu palabra [el Antiguo Testamento].” Juan 17:6
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