
La sagrada expresión “Así dice el Señor!” aparece solo en el Antiguo Testamento e indica un pronunciamiento directo de Dios. Cuando un profeta usaba estas palabras, había silencio para escuchar lo que el propio Dios tenía que decir. En las epístolas, esta expresión nunca fue usada, ya que los apóstoles escribieron solo cartas que contenían orientaciones, y no decretos de Dios. Ellos no recibían el mismo nivel de revelación que los profetas. Esto muestra que Dios no cambió Sus leyes ni instituyó un nuevo plan de salvación a través de los apóstoles, como muchos defensores de la doctrina del “favor inmerecido” creen. La salvación es individual. Ningún gentil subirá sin buscar seguir las mismas leyes entregadas a Israel, leyes que el propio Jesús y Sus apóstoles seguían. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7)
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