
Las personas más desesperadas en el juicio final serán aquellas que esperaban ser salvadas; aquellas que escucharon los innumerables alertas sobre obedecer las leyes de Dios y, aún así, eligieron no obedecer. No serán los impíos, pues estos ya saben de antemano lo que les espera, sino aquellos que conocían los mandamientos del Altísimo en el Antiguo Testamento, pero optaron por seguir a la mayoría, porque era más conveniente. Pero aún hay un poco de tiempo. El gentil que desea ser salvo por Cristo debe seguir las mismas leyes que el Padre entregó a la nación elegida para Su honor y gloria, leyes que el propio Jesús y Sus apóstoles seguían. La salvación es individual. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. Obedece la Ley de Dios mientras estás vivo. | “Nadie puede venir a mí si el Padre, que me envió, no lo trae; y yo lo resucitaré en el último día.” Juan 6:44
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