
Jesús dejó claro que Él no hablaba nada de Sí mismo, sino solo lo que el Padre Le mandó decir. En ninguno de los Evangelios Jesús nos dijo que obedecer los mandamientos no hace diferencia para la salvación de las personas, como enseñan los adeptos de la doctrina del “favor inmerecido”. Los simpatizantes de esta falsa doctrina la prefieren porque, aunque falsa, los ilusiona con la idea de que pueden, sí, continuar en desobediencia declarada a las leyes de Dios y aún así beneficiarse de la sangre de Cristo. ¡Esto no ocurrirá! La salvación es individual. Ningún gentil subirá sin buscar seguir las mismas leyes entregadas a Israel, leyes que el propio Jesús y Sus apóstoles seguían. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. Obedece mientras estás vivo. | “Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios [Antiguo Testamento] y la obedecen.” Lucas 11:28.
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