
Cuando el alma decide, con todas sus fuerzas, obedecer fielmente a las leyes de Dios, según fueron entregadas a los profetas en el Antiguo Testamento, aunque todo el mundo se oponga, entra en un ambiente sellado, reservado solo para ella y el Todopoderoso. En ese lugar íntimo, el Señor la instruirá, fortalecerá y la enviará al mundo con Sus bendiciones y protección continua. Dios se convierte en el verdadero Padre de aquellos que Le son fieles y los envía a Jesús para el perdón y la salvación. No te dejes engañar por las mentiras de la serpiente. No hay otro camino para acercarse al Padre y al Hijo que no sea por la obediencia a Su santa y eterna Ley. | “¡Ojalá ellos tuvieran siempre en el corazón esta disposición para temerme y para obedecer a todos mis mandamientos. Así todo iría bien con ellos y con sus descendientes para siempre!” Deuteronomio 5:29.
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