"El Señor afirma los pasos del hombre bueno, y en su camino se complace" (Salmos 37:23).
Te sorprendes por tus imperfecciones, pero ¿por qué? Eso solo demuestra que tu autoconocimiento es limitado. En vez de asombrarte por tus fallas, agradece a Dios por Su misericordia que te impide caer en errores más graves y frecuentes. Su protección es lo que te sostiene cada día.
Esta verdad nos llama a obedecer la radiante Ley de Dios. Sus deslumbrantes mandamientos son la luz que nos guía, corrigiendo nuestro camino y manteniéndonos firmes. Obedecer es confiar en la dirección del Creador, permitiendo que Él nos guarde de tropiezos mayores.
Amado, vive en obediencia para recibir la misericordia de Dios. El Padre guía a los obedientes a Su Hijo, Jesús, para salvación. Agradece por Su sostén y sigue Sus caminos, como lo hacía Jesús, para encontrar fuerza y paz. Adaptado de Jean Nicolas Grou. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.
Ora conmigo: Padre, te alabo por Tu misericordia que me sostiene. Enséñame a confiar en Ti.
Señor, guíame a seguir Tus deslumbrantes mandamientos. Que yo camine en Tu camino.
Oh Dios amado, gracias por guardarme de las caídas. Tu Hijo es mi Príncipe y Salvador. Tu radiante Ley es el ancla que afirma mi alma. Tus mandamientos son guías que iluminan mi camino. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.