La Ley de Dios: Devocional Diario: "Por orden del Señor descansaron en las tiendas, y...

"Por orden del Señor descansaron en las tiendas, y por orden del Señor partieron" (Números 9:23).

¿Conoces ese sentimiento de paz que tanto buscamos? No viene del mundo, ni de nuestras decisiones apresuradas — viene de la obediencia a la voz de Dios. La Palabra muestra que el pueblo de Israel descansaba o partía conforme a la orden del Señor. Esto no era solo una rutina, sino una lección sobre dependencia. Cuando intentamos actuar por nuestra cuenta, sin consultar al Padre, es como caminar fuera de la dirección de Su plan. ¿El resultado? Cansancio, frustración y confusión. Pero cuando seguimos la dirección divina, nuestro corazón permanece firme y en paz, incluso cuando todo a nuestro alrededor cambia.

Dios no nos dio Su Ley para aprisionarnos, sino para guiarnos con amor. Él conoce el camino y los peligros. Por eso, quiere que Le escuchemos con confianza. No se trata solo de obedecer por regla, sino de confiar en que Él sabe lo que es mejor. Cuando seguimos Su dirección, incluso contra nuestros deseos, experimentamos seguridad. Su presencia va delante, abriendo el camino. Y cuando Él dice "descansa", podemos parar en paz. Cuando dice "ve", podemos avanzar con valentía, porque Él está con nosotros.

Si has estado buscando paz, liberación o salvación, la respuesta es simple: escucha y obedece a Dios. Jesús es nuestro ejemplo — nunca hizo nada sin escuchar al Padre. Y si el propio Hijo de Dios eligió depender de Él, ¿quiénes somos nosotros para actuar de manera diferente? La vida abundante está en caminar bajo la dirección de Dios. No importa el desierto que estés viviendo — si Su nube se detiene, detente. Si se mueve, ve. Es en la obediencia donde está la victoria. -Adaptado de C. H. Mackintosh. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Querido Dios, Te agradezco por mostrarme que la verdadera paz no viene de las circunstancias, sino de la obediencia a Tu voz. Cuántas veces corrí sin consultarte, tomando decisiones por impulso, solo para cosechar cansancio y confusión. Pero Tu Palabra me enseña que Tu pueblo caminaba o descansaba conforme a Tu orden, y esa dependencia era la fuente de su estabilidad.

Mi Padre, hoy Te pido que me ayudes a escuchar con claridad Tu voz y a responder con prontitud, incluso cuando Tus caminos desafíen mis deseos. Que aprenda a detenerme cuando digas “descansa” y a avanzar con valentía cuando digas “ve”. Dame un corazón dócil, que no resista Tus mandamientos, sino que se alegre en cumplirlos con fe y amor. Guíame como guiabas a Israel en el desierto — con Tu presencia al frente, abriendo camino y alejando los peligros — para que nunca me desvíe de Tu voluntad.

Oh, Santísimo Dios, Te adoro y Te alabo por ser un Padre que no me abandona a ciegas, sino que me conduce con amor y sabiduría. No me dejas perdido, sino que me das una Ley que es lámpara para mis pies y luz para mi camino. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es como un río de justicia que refresca el alma y conduce a la vida. Tus mandamientos son como estrellas que brillan en la oscuridad, señalando siempre el rumbo correcto. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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