“Todas las cosas son posibles para aquel que cree" (Marcos 9:23).
Imagina lo que significa escuchar que “todas las cosas son posibles para aquel que cree”. Parece simple, pero no siempre se trata solo de pedir y recibir, porque Dios está más interesado en enseñarte el camino de la fe que en simplemente darte lo que deseas. Y en este entrenamiento de la fe, hay momentos de prueba, disciplina, paciencia y valentía, etapas que debes atravesar antes de ver la victoria de la fe. Dios usa cada etapa para moldearte, para fortalecerte, para mostrarte que la fe verdadera no se trata solo del resultado, sino del proceso de confiar en Él, incluso cuando todo parece imposible.
Piensa en los retrasos que enfrentas. A menudo, Dios retrasa a propósito, y ese retraso es tan respuesta a tu oración como la bendición cuando finalmente llega. Él te está enseñando a ser fiel, a confiar en Su Palabra, incluso cuando lo que ves o sientes intenta desviarte del camino. Es en estos momentos que necesitas aferrarte a los mandamientos del Señor, seguir firme, sin dejarte perturbar. Cada vez que eliges confiar, desarrollas más poder, más experiencia, más resistencia para enfrentar lo que venga.
Y aquí está la clave para vencer: mantente firme en la Palabra de Dios, obedeciendo Sus mandamientos, independientemente de las circunstancias. La victoria de la fe no viene para los que se rinden o buscan atajos, sino para los que persisten, confiando en que Dios está trabajando, incluso en el retraso. Entonces, no te desanimes con lo que parece tardar o ser difícil. Sigue creyendo, sigue obedeciendo, y verás que “todas las cosas” realmente son posibles, porque Dios nunca falla con aquellos que permanecen fieles a Él. -Adaptado de Lettie B. Cowman. Hasta mañana, si el Señor nos permite.
Ora conmigo: Querido Dios, confieso que, muchas veces, me frustro con los momentos de prueba, disciplina, paciencia y valentía, olvidando que cada etapa es parte de Tu entrenamiento para moldearme y fortalecerme. Hoy, reconozco que la fe verdadera no se trata solo del resultado, sino del proceso de confiar en Ti, incluso cuando todo parece imposible.
Mi Padre, hoy Te pido que me des fuerza para atravesar las etapas de Tu entrenamiento de la fe, especialmente en los retrasos que enfrento, entendiendo que cada demora es una respuesta a mi oración tanto como la bendición final. Enséñame a ser fiel, a confiar en Tu Palabra, incluso cuando lo que veo o siento intenta desviarme del camino, y a aferrarme a Tus mandamientos con firmeza, sin dejarme perturbar. Te pido que me ayudes a desarrollar más poder, más experiencia y más resistencia, eligiendo confiar en Ti en cada momento, sabiendo que estás trabajando, incluso en el silencio.
Oh, Santísimo Dios, Te adoro y Te alabo por prometer que “todas las cosas” son posibles para los que creen y permanecen fieles, obedeciendo Tu voluntad, confiando en que Tú nunca fallas con aquellos que persisten sin buscar atajos. Tu amado Hijo es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el fundamento que me sostiene en la espera, una luz brillante que guía mi fe. Tus mandamientos son anclas que me mantienen firme, un canto de victoria que resuena en mi alma. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.