La Ley de Dios: Devocional Diario: “Y esta es la confianza que tenemos en él:...

“Y esta es la confianza que tenemos en él: que, si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).

¿Sabías que, cuando Dios dice “no” a algo que pedimos, hay tanto amor en eso como cuando Él dice “sí”? Es fácil pensar que el amor es solo dar lo que queremos, pero el verdadero amor también retiene lo que nos haría daño. Si, en nuestra ceguera, pedimos cosas que, en nuestras manos, se convertirían en tristeza y sufrimiento, ¿nuestro Padre, por Su amor, no nos lo negará? Reflexiona en esto: el mismo amor que da lo bueno también retiene lo malo. Dios nos conoce mejor que nosotros mismos, y Él siempre actúa para nuestro bien, incluso cuando no lo entendemos.

Aquí está lo que sucede cuando alcanzas una intimidad profunda con Dios a través de una vida de obediencia a Su Palabra: todo cambia. Dejas de pedir “esto o aquello” y comienzas a simplemente confiar en que Él cuidará de ti — ¡y lo hace, de verdad! Cuando vives como Dios manda, Él se encarga de cada detalle de tu vida. No se trata solo de recibir bendiciones, sino de experimentar una protección constante en todas las áreas, sabiendo que Dios está al control, guiando cada uno de tus pasos.

Y ahora la parte más increíble: quien obedece a la poderosa Ley de Dios no solo vive bajo esa protección, sino que también lleva una certeza inquebrantable de que ascenderá con Jesús a la eternidad. ¡No hay nada más importante que esto! Cuando decides obedecer, ya no necesitas vivir preocupado por lo que pedir o lo que recibir, porque Dios se ocupa de todo. Así que, deja de intentar controlar y comienza a confiar. Vive en obediencia, entrégate completamente, y verás cómo Dios transforma tu vida aquí y te garantiza la eternidad con Él. -Adaptado de H. E. Manning. Hasta mañana, si el Señor nos permite.

Ora conmigo: Querido Dios, es verdad que a menudo me encuentro pensando que Tu amor se manifiesta solo cuando dices “sí” a mis peticiones, sin darme cuenta de que hay tanto amor en Tu “no” como en Tu “sí”. Confieso que, muchas veces, en mi ceguera, pido cosas que podrían traerme tristeza y sufrimiento, pero hoy reconozco que, por Tu amor, Tú retienes lo que me haría daño, actuando siempre para mi bien, incluso cuando no lo entiendo. Ayúdame a confiar en que Tú me conoces mejor que yo mismo y que cada decisión Tuya está movida por amor y cuidado.

Mi Padre, hoy Te pido que me des un corazón obediente y confiado, para que pueda alcanzar una intimidad profunda Contigo, viviendo de acuerdo con Tu Palabra y dejando de pedir “esto o aquello”. Enséñame a simplemente confiar en que Tú cuidarás de mí, encargándote de cada detalle de mi vida, guiando mis pasos y protegiéndome en todas las áreas. Te pido que me ayudes a vivir como Tú mandas, para que pueda experimentar Tu protección constante y la paz de saber que estás al control de todo.

Oh, Santísimo Dios, Te adoro y Te alabo por prometer no solo cuidarme aquí, sino también darme la certeza inquebrantable de que ascenderé con Jesús a la eternidad, reservada para aquellos que obedecen a Tu voluntad. Tu Hijo amado es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el escudo que me guarda en seguridad, una luz firme que ilumina mi camino. Tus mandamientos son cadenas de amor que me atan a Ti, un himno de confianza que resuena en mi alma. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



Compartir