
Nunca hubo un tiempo en la historia de la raza humana en que Dios no permitiera que los gentiles tuvieran sus pecados perdonados y se salvaran al morir. Tampoco hubo un cambio en el proceso que Dios estableció para salvar a los gentiles. El punto es: Dios no autorizó la creación de un plan de salvación para gentiles aparte de Israel. Nosotros, los gentiles, nos salvamos al unirnos a Israel, la nación que Dios separó para Sí. Al seguir las mismas leyes entregadas a Su pueblo, el Padre ve nuestra seriedad y nos conduce al Hijo para perdón y salvación. Esto fue verdad en el Antiguo Testamento, en los días de Jesús, y sigue siendo verdad hoy. Ese plan de salvación tiene sentido, porque es el verdadero. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7)
Haz tu parte en la obra de Dios. ¡Comparte este mensaje!