
Las Escrituras están llenas de maravillosas promesas que Dios hizo a la nación que Él separó para Sí y selló con el pacto eterno de la circuncisión. Esas promesas son fieles e infalibles, porque Dios, a diferencia del hombre, siempre cumple lo que promete. Si perteneces al Israel de Dios, todas esas bendiciones son para ti y tu familia. Cualquier gentil puede unirse a Israel y ser bendecido por Dios, siempre que siga las mismas leyes que el Señor entregó a Israel. El Padre ve la fe y el coraje de ese gentil, a pesar de las dificultades. Él derrama Su amor sobre él, lo une a Israel y lo conduce al Hijo para perdón y salvación. | Y dijo Dios a Abraham: Tú serás una bendición. Y bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan; y en ti serán benditas todas las familias de la tierra. Génesis 12:2-3
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