
¡Sígueme! Cada vez que Jesús llamaba a alguien para seguirlo, la invitación siempre estaba dirigida a los miembros de Su comunidad, el pueblo que, desde los días de Abraham, seguía la misma religión, fundamentada en el pacto perpetuo establecido por Dios. Jesús nunca llamó a gentiles, ya que vino exclusivamente para Su pueblo, y eso permanece inalterado. Sin embargo, el Señor no hace acepción de personas, y cualquier gentil puede alcanzar bendiciones y salvación al unirse al Israel de Dios, siguiendo las mismas leyes que el Padre dio a Su pueblo elegido. El Padre observa nuestra fe y coraje, incluso ante fuerte oposición, y somos enviados a Jesús. Ese es el plan de salvación que tiene sentido porque es verdadero. | “Jesús envió a los Doce con las siguientes instrucciones: No vayan a los gentiles ni a los samaritanos; sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.“ Mateo 10:5–6
Haz tu parte en la obra de Dios. ¡Comparte este mensaje!