
La dura verdad es que millones de almas aman la doctrina del “favor inmerecido” porque, aunque ilusoria, les da un falso permiso para amar este mundo y aún así recibir la bienvenida en el cielo. Lamentablemente, Jesús ni de lejos enseñó que tal posibilidad existe. Si realmente quieren heredar la vida eterna, deben dejar de lado este evangelio fantasioso y apegarse solo a lo que Jesús de hecho enseñó. Lo que Jesús enseñó es que nadie va al Hijo si el Padre no lo envía, pero el Padre no envía a desobedientes declarados a Jesús; Él envía a aquellos que buscan seguir Sus leyes, entregadas a Israel, leyes que el propio Jesús y Sus apóstoles seguían. No sigas a la mayoría solo porque son muchos. Obedece mientras estás vivo. | “Fue por este motivo que les dije a ustedes que solo puede venir a mí la persona que sea traída por el Padre.” Juan 6:65
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