
Ningún profeta de Dios en el Antiguo Testamento menciona algo sobre si el hombre merece o no ser salvo. Jesús tampoco, en ninguno de los cuatro Evangelios, dijo algo sobre que nadie merezca la salvación. Sin embargo, la mayoría de las iglesias construyen sus enseñanzas en torno a la doctrina del “favor inmerecido”, sin ninguna base en los profetas o en las palabras de Cristo. Esto es una invención humana, influenciada por el enemigo. Las personas aceptan esta enseñanza porque ofrece una falsa seguridad, sugiriendo que pueden ignorar los mandamientos de Dios y aún así obtener la vida eterna. Sin embargo, esto no sucederá. El Padre no envía al Hijo a quien conoce y, aun así, desobedece Sus leyes. | “Tú ordenaste tus mandamientos, para que los cumplamos a la perfección.” Salmos 119:4
Haz tu parte en la obra de Dios. ¡Comparte este mensaje!