
Algo que confirma que Jesús viene de Dios es que Él nunca enseñó nada contrario a lo que el Padre ya había revelado por los profetas en el Antiguo Testamento. Ninguna ley fue cancelada por Él, por menor que fuera. Al contrario, Jesús reforzó y corrigió los errores de los líderes judíos. Tanto el Padre como el Hijo se mantuvieron fieles y consistentes con lo que se había enseñado desde el principio. Sin embargo, millones en las iglesias desobedecen abiertamente las leyes de Dios, sin un ápice de apoyo en las palabras de Jesús en los cuatro Evangelios. Se han dejado llevar por un corazón inclinado al pecado y han aceptado fácilmente doctrinas de hombres que surgieron después de la ascensión de Cristo. El Padre no envía a los desobedientes declarados al Hijo. | “He revelado tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Eran tuyos, y tú los diste a mí; y ellos han obedecido a tu palabra [el Antiguo Testamento].” Juan 17:6
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