
El principal factor de salvación es agradar al Creador. Ningún judío o gentil entrará en el cielo si Dios no se agrada de esa persona. Nadie será salvo solo por pensar, hablar o cantar cosas bonitas sobre Dios y Jesús, mientras ignora sus eternas leyes. Sin embargo, cuando el gentil decide obedecer al Creador, cueste lo que cueste, todo cambia entre él y Dios. El gentil que busca la salvación en Jesús debe seguir las mismas leyes que el Señor entregó a la nación que Él separó para sí con un pacto eterno. El Padre ve la fe y el coraje de ese gentil, incluso ante los desafíos, derrama su amor sobre él, lo une a Israel y lo conduce al Hijo para perdón y salvación. Este plan de salvación tiene sentido porque es verdadero. | “Recibimos de él todo lo que pedimos porque obedecemos a sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.” 1 Juan 3:22
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