
Enoc, Moisés y Elías: tres hombres que Dios eligió llevar al cielo antes del juicio final. El Señor observó sus vidas: la fidelidad a las leyes, sacrificios, fe y dedicación. Decir que la forma en que vivieron no influyó en nada en la decisión de Dios de llevarlos es absurdo, pero eso es lo que sugiere la falsa doctrina del “favor inmerecido”: que nada de lo que el hombre hace contribuye a su salvación. La popularidad de esta doctrina radica en la falsa seguridad de que alguien puede seguir disfrutando del mundo, sin obedecer las leyes de Dios, y aún así subir con Cristo. ¡Eso no ocurrirá! Somos salvos al agradar al Padre y ser enviados al Hijo, y el Padre jamás enviará desobedientes declarados a Jesús. | “El Señor guía con amor infalible y constancia a todos los que guardan su pacto y obedecen a sus exigencias.” Salmo 25:10
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