
Cuando Dios hizo el pacto de fidelidad con Abrahán, ordenó que todos los hombres de su casa, sus descendientes y los gentiles fueran circuncidados, como una señal física de este pacto. Quien no fuera circuncidado no formaría parte del pacto y quedaría sin la protección divina prometida. Jesús, Sus parientes, amigos, apóstoles y discípulos, todos eran circuncidados según esta orden de Dios. En ningún lugar de los Evangelios Jesús sugirió que los gentiles estuvieran exentos de esta ley eterna porque el Mesías vino al mundo, ni autorizó a ningún hombre, dentro o fuera de la Biblia, a modificar este mandamiento para los gentiles. Así como Abrahán, sé aprobado en esta prueba de fe y no sigas a la mayoría solo porque son muchos. | El gentil que se una al Señor, para servirle, siendo de este modo su siervo... y que se mantenga firme en mi pacto, también lo llevaré a mi santo monte. (Isaías 56:6-7).
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