La Ley de Dios: Devocional Diario: “Descanse en el Señor y espere en Él con...

“Descanse en el Señor y espere en Él con paciencia” (Salmos 37:7)

Estas palabras escritas por David son una invitación a ver a Dios en todo, sin excepción, y a aceptar Su voluntad con total entrega. Haga cada cosa por Él, conectándose a Él con una simple mirada hacia arriba o un corazón que desborda en Su dirección. No permita que nada robe su paz interior, ni siquiera el caos del mundo que le rodea. Entregue todo en las manos de Dios, quédese quieto y descanse en Sus brazos, confiando en que Él está en control, sin importar lo que suceda.

Esta paz que proviene de confiar en Dios es preciosa, pero requiere que usted permanezca firme, aferrándose a Él con determinación y creyendo en Su amor eterno por usted. A menudo, lo que perturba nuestra alma es la resistencia a aceptar la dirección de Dios, pero cuando usted se somete a Su voluntad, encuentra un reposo que el mundo no puede explicar. Es triste ver cuántas almas viven sin esta paz celestial, persiguiendo soluciones humanas que nunca satisfacen, mientras Dios ofrece algo mucho mayor.

Y aquí está la diferencia: la paz invaluable viene para quien decide obedecer a la poderosa Ley de Dios. La mayoría pierde esto porque no quiere someterse al Creador, pero usted no tiene que ser así. Elija obedecer, viva de acuerdo con Sus instrucciones, y tendrá la paz, la alegría y la protección que tanto busca. Descanse en Él hoy, confíe en Su Palabra, y experimente lo que es vivir seguro en Sus brazos amorosos. -Adaptado de F. de Sales. Hasta mañana, si el Señor nos lo permite.

Ora conmigo: Querido Dios, muchas veces me encuentro dejando que el caos del mundo robe mi paz, resistiéndome a Tu voluntad en lugar de verte en todo y entregar cada cosa a Ti con total confianza. Confieso que olvido descansar en Tus brazos; reconozco que necesito quedarme quieto y confiar en que estás en control. Quiero aceptar Tu voluntad para encontrar el reposo que solo Tú puedes dar.

Mi Padre, hoy Te pido que me des fuerza para permanecer firme, aferrándome a Ti con determinación y creyendo en Tu amor eterno por mí, incluso cuando mi alma se perturba. Enséñame a no resistirme a lo que Tú exiges, sino a someterme a Tu voluntad, encontrando la paz preciosa que el mundo no puede explicar. Te pido que me guíes para vivir conectado a Ti, firme en Tu Palabra, para que no persiga soluciones humanas, sino que descanse en la certeza de Tu cuidado y de Tu soberanía sobre todo.

Oh, Santísimo Dios, Te adoro y Te alabo por prometer paz, alegría y protección a los que obedecen a Tu voluntad, ofreciéndome un reposo que el mundo no puede dar, seguro en Tus brazos amorosos. Tu Hijo amado es mi eterno Príncipe y Salvador. Tu poderosa Ley es el refugio que guarda mi paz, una luz suave que calma mi corazón. Tus mandamientos son pilares que sostienen mi confianza, un canto de descanso que resuena en mi alma. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.



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